19 de octubre de 2013

Control.




Agarra el menudo hilo translúcido con tus delicadas manos, sujeta el inicio elegido y haz que tus ojos los vigilen de reojo con sutiliza. Así relajada muévete por encima del tiempo; negada tu a que termine el intento de controlar lo perturbable, asida al preludio de aquel objeto invisible habitas con ansias de fulminar tu cáustica interna y a tan temprana edad.... !cuánto te admiro!

Allá se encarama tu constancia, tu sacrificio y afán de aterrizar montada en nubes de plata a ser una más, como si no lo fueras pienso.

Alas son tu pies firmes, vida tu voz destemplada, olisquean tus ojos comedidos y producen tus tenaces manos....

Palpita la melodía de un día después en mi inconsciente mientras lo que observo me precede y río mientras el sonido abusa de mi albedrío de persistir, de importunar, de lograr, de llegar con brío y sin frío, sin sed con coraje y sensatez a donde tu quieras llegar y freno esta vez sonriendo y desglosando, estirando tu felicidad en mis sienes que flácidas flaquean muertas de sueño y descansan murmurando que han de despertar.

Y me despierta el fresco aroma hogareño cuando me arropo entre mis sábanas suavizadas por la mañana y me percato que reanudo la pugna a la díscola existencia.

Mi letargo se desadormece con café con leche (condensada) y contempla luceros adormecidos que se desvelan...

Renovada velo aquél menudo hilo que sujetas, el que te mantiene asida al día a día y VIVO.

1 comentario:

Fiaris dijo...

Un relato que lleva a reflexionar,besos buen domingo