28 de septiembre de 2013

Eso cuentan y duele oírlo.





Es ese instante paralizado que se extiende y no logras esquivar los vahos desproporcionados con los que invades el espacio que ocupa ella. Es ese delirio injusto con el que retrocedes el calendario hacia un destierro lejano, es esa soledad loca de histeria impedida y eterna, esa arena en los ojos, ese tiro errado, ese momento frenético y fugaz que una vez agotado te agota despavorido, con el ánimo desconsolado que a tumbos busca el refugio del sueño y no lo halla.

Allá no hay nada ni nadie, allá hay culpa.

Y pierdes porque has muerto a ratos.

(Eso cuentan y duele oírlo.)







2 comentarios:

Pakiba dijo...

Espero que pronto se recupere tu autoestima pues eres muy valiosa.

Besotes

concha dijo...

Que forma tan hermosa de acariciar las teclas...después de semejante descarga emocional, yo dormiría como una piedra...
En fin, las madres estamos acostumbradas a tener la culpa, para los profes tenemos la culpa, para los sicólogos tenemos la culpa, para las otras madres tenemos la culpa, para los vecinos tenemos la culpa, para la suegra tenemos la culpa...que poderío....