Cansada sin poder desaparecer, oscura melodía que arruina el interior bloqueado para evitar el estallido de lo contenido.
Aletargada sonrisa que invades aquello que besas o que ya quisieras besar. Abrazo apretado, refugio oculto del sueño perdido, vivido o ansiado que extiendes con tus dos brazos y acaban asfixiando tu propio cuerpo adormecido y cautivo en la nada, nada que viaja hacia la esperanza.
Mueres cada noche entre sábanas que desvelan revelando inquietudes y posturas que destruyen tus huesos y vives cada mañana cuando la suavidad y el fresco aroma de las mismas que irritaban hacía horas, apartas con premura sonora, descuidada e insolente, en esta estación que agudiza cualquier emoción.
Y caminas pensando que todo pasará, nadie lo notará, nadie se parará.....
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